Como todo lo que posee maldad innata, nació en el sur de los Estados Unidos. Nadie sabe como, ni porque, pero circulan rumores de rituales oscuros y experimentos fallidos. El resultado,algo que cambiaría para siempre nuestro concepto de la moda. Corto por los lados; largo por detrás. El Mullet.
Durante años,símbolo inequívoco de incultura y gusto por el country, el mullet no era más que una anécdota en ese curioso país donde comprar un arma es como ver una jincha en Parla: Algo completamente normal. Sin embargo,el fenómeno aun estaba gestándose, cual Alien en el interior de Sigourney Weaver (quien iba a decir que con esa cara podía gestar algo dentro).
De repente,el Mullet empezó a verse por todas partes,aunque nadie lo recuerde. Si, tus ídolos de juventud llevaban mullet, aunque tu nunca supiste como se llamaba. Pero estaba ahí,controlándolo todo.
Pero tras unos años, todo el mundo se olvidó de los entrañables "rednecks" (termino que intuyo que se usará más de una vez en este blog) y sus graciosos peinados. Pero el mullet no había ido vencido; solo esperaba su momento.
Pasaron los 90, y mientras nos recuperábamos de los 80 y su exceso de todo, el mullet planeaba su venganza. Sólo tenía que encontrar alguien digno para su resurreción...
Y vaya si lo encontró. La resurreción del Mullet sucede en España, al igual que el Resident Evil 4, pero mejor adaptado. El culpable: Fernando Torres. El ahora jugador del Liverpool apareció de la noche a la mañana con un extraño peinado, y con la mirada extraviada. Sus allegados dicen que desde ese día nunca volvió a ser el mismo. Y eso explicaría perfectamente el porqué de su juego mediocre.
Y como con todo en este país, cuando un jincho popular es original, el resto de la manada lo imita. Semanas después,extendido cual virus en Raccoon city, el mullet ya era el estándar en la cabeza de cualquier poseedor de un seat Ibiza con pegatinas. Ahora sólo le quedaba crecer.
Es ahora,mientras vuestro humilde narrador escribe este artículo, cuando las verdaderas secuelas del fenómeno mullet salen a la luz. Los jinchos, cansados ya del clásico mullet con gomina, comienzan a tunear su peinado con el mismo gusto con el que tunean sus deportivos de bajo coste. Este fenómeno genera aberraciones como el mullet con tintes de colores, o el mullet con rastas por detrás.
El mullet se está haciendo con todas las ciudades una a una, y aquí no tenemos una Claire que les dispare con distintas armas mientras ersuelve puzzles, porque incomprensiblemente aun los consideramos humanos.
Por otra parte la variedad de peinados y colores, amen de otras costumbres jinchiles como las peleas callejeras sin motivos y su gran gusto por drogas aleatorias ha hecho que se cumpla una de las profecías mas funestas de los 80: Si amigos...el futuro es cyberpunk gracias al Mullet. No es que me disguste, pero ya podría haber más cyborgs. Pero sin mullet.
2 comentarios:
sólo tú podías hacer ese retrato del mullet, olé XD
El próximo toca sobre la evolución del mullet, conocida como el "fashion mullet", ¿no?
Brutal, las fotos son reveladoras.
Nunca pense ver un cani con mullet y con una camiseta donde lo pusiera. Dios mio parecen esas camisetas de "no me trates mal soy retrasado" o "no me toqueis mi amo es ciego"...
Que pena que esto no sea Racoon City, con municion la vida es más divertida...
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